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Foto del escritorElisa y Susana

Crianza Respetuosa

¿Y qué pasa si la maternidad se disfruta? ¿y sí somos nosotros mismos a la hora de

criar? El ejemplo es la principal herramienta en el proceso de aprendizaje, por eso

nuestras actitudes deben caracterizarse por los valores que queremos ver en nuestros hijos. Dice Carlos González en su libro –Bésame Mucho- “Que con ciertos métodos nuestros hijos tal vez comerían «mejor», o dormirían más, o nos obedecerían sin rechistar, o se estarían más callados..., pero no podemos usarlos. Y no necesariamente porque tales métodos sean inútiles o contraproducentes, ni porque produzcan «traumas psicológicos». Algunos métodos que criticaremos en este libro son eficaces, y puede que algunos incluso sean inocuos pero hay cosas que, sencillamente, no se hacen”.



La Puericultura es una Disciplina que se ocupa de prestar cuidados a los niños para

su mejor desarrollo durante los primeros años de vida, sin sacrificar la felicidad de sus hijos y la de sus padres, según Carlos González describiendo la Puericultura ética Queremos compartir con ustedes una forma tradicional de asumir el rol de ser padres, desde los principios de la humanidad las prácticas de crianza han tenido en cuenta el cuidado de la supervivencia de los hijos, lo que las caracterizó por adoptar la cercanía como su principal estrategia.

¿Cuál es la manera normal de criar a un niño? Lo principal es que tendremos que

llevarnos por el instinto, el que nos sale del corazón para poder entender qué es lo

que haría felices a nuestros hijos, las habilidades llegan a todos en condiciones

normales, porqué no además hacerlos felices.

Es difícil encontrar una madre que no disfrute a su hijo en brazos, que no pase una

noche más tranquila cuando el bebé deja de llorar en cuanto se le levanta o se le

ofrece pecho. Es difícil que una mamá manifieste su incomodidad frente al hecho de ver a su hijo durmiendo plácido a su lado, segura ella y seguro el bebé. Pero la

selección cultural, ha hecho que durante las últimas décadas, todo esto sea un tabú. La sociedad se ha vuelto intolerante frente al hecho de que los hijos salgan del cuarto de sus padres, cuando ambos se sienten seguros de hacerlo.

Es triste ver cómo es una vergüenza tener prácticas de crianza que son respetuosas con los niños.

Entendemos además que hay cosas que por principio no se hacen. No está permitido pegarle a una mujer para que aprenda o de pronto no vaya a repetir una conducta en el futuro, todos lo saben, incluso quienes usan la violencia contra otra mujer, lo hacen en lugares privados –la mayoría de las veces- porque saben que está mal, sin embargo, cuando se trata, incluso, de “una palmadita” contra un niño, en silencio manifestamos nuestra inconformidad, pero jamás, hacemos uso de la indignación frente a estos casos. Somos una sociedad tolerante frente a la violencia contra los niños –entienda por violencia, todo lo que no toleraría entre dos adultos, desde un grito o un insulto hasta una palmada o un castigo-. Los invitamos a ser empáticos y ponernos en los zapatos de nuestros hijos y pensar como quisiéramos que nos enseñaran o acompañaran cuando hiciéramos algo que el otro considera que se puede hacer de una mejor manera.

Debemos como sociedad, volcarnos a decidir cuánto vamos a tolerar cuando se trata de niñez y aplicar eso en nuestros criterios a la hora de elegir pautas de crianza. De ahí, surge la necesidad de establecer una posición ética frente a la crianza y el acompañamiento desde cualquier escenario frente a los niños y niñas. Debemos elegir si quien se beneficia de la pauta de crianza es el niño o los adultos. Es respetuoso con los niños y niñas entonces:

- Dar del pecho hasta que el niño o niña, o madre e hijo decidan dejar de

hacerlo.

- Dormir en colecho, hasta que el hijo racionalmente entienda que puede salir de

su cuarto. — Peter J Fleming, Making informed choices on co-sleeping with

your baby

- Corregir con palabras sanas y constructivas las conductas equivocadas de los

niños y niñas.

- Alzar en brazos a tus hijos cuanto quieras mientras ellos lo quieran también.

Carlos González, Libro Bésame mucho.

- Atender todas las necesidades, que antes de aparecer el lenguaje, manifiestan

los niños y niñas con el llanto y una vez sepan hablar, responder a lo que te

pidan.

- Respetar el llanto del bebé o niño cuando no te ve y después vuelve a

encontrarte. —- Rosa Jové, Dormir sin Lagrimas

- Jamás usar violencia física contra los niños.

- Comunicar de manera asertiva tus sentimientos frente a las diferentes

situaciones que los involucran. - Rosa Jové, La Crianza Feliz y Ni Rabietas ni

Conflictos

- Permitir que duerma con los padres cuando no se sienta seguro de hacerlo

solo.— Unicef UK, Baby Friendly Initiative con la Foundation for the Study of

Infant Deaths, Dormir en la Misma Cama con el Bebé

- Darle muchos, muchos besos y abrazos.

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